La pregunta que todos nos hacemos es ¿para quién está diseñado ese mundo tan perfecto pero inalcanzable que nos pretenden vender?
Nuestro mundo se llena de imágenes, una detrás de otra, expuestas para ser vistas, para captar nuestra atención. Colores, luces y brillos para crear una especie de espejismo lejano de lo que nos gustaría llegar a ser. El deseo y la ansía por conseguir aquello que no tenemos se despierta en los seres humanos como una fiera hambrienta y dispuesta a matar para conseguir saciarse. Todos quieren esa perfección. Ese todo que la publicidad vende con labios carnosos y dientes extra-blancos...
Las estrellas, que así se sienten y así es como las conocemos, parecen vivir en otra dimensión. Los medios emiten campañas casi pintorescas, como si de un cuadro de Klimt se tratara. Pero no es oro todo lo que luce, no. Un poco de colorete por aquí, un poco más de sombra por allá, un peinado perfecto, pero sobretodo, una pasada por el retoque tecnológico.
Chanel, Ralph Lauren, Dior,... entre muchos otros (por no decir todos), han jugado con el programa de diseño Photoshop. Pero ¿han llegado demasiado lejos? La actriz Keira Knightley apenas se reconoció cuando visualizó las imágenes para la fragancia Coco Mademoiselle, la modelo Filippa Hamilton parecía más bien una muñeca esquelética y cabezona tras pasar por el "diseñalo-todo"...
Y es que, ni tan siquiera "las bellezas" del planeta llegan a conseguir la meta que se establece en el mundo de la moda. Son muchos los que empiezan a ser conscientes de este juego de los mass media.... Quizás sea el momento de bajar ese listón, de ser más realistas, pisar fuerte sobre el suelo sobre el que pisamos, respirar fuerte, y gritar a los cuatro vientos para que, nosotros, los de carne y hueso, lleguemos a ser escuchados....